Querer y no decirlo

Hoy, ahora mismo, estoy llorando. Me da pena pensar en qué lejos estamos y qué cerca hemos estado. Recuerdo cláramente como siendo un enano, lloraba cada vez que te alejabas, se me rompía el corazón cada vez que salías por la puerta. Horas después de haberte ido, seguía sin poder controlar mi llanto.
Te he querido mucho siempre. Y ahora aún te quiero, mucho, como siempre, aunque ya no me queme. Hoy he vuelto a pensar en ti, en lo duro que te da la vida y en lo duro que tú se lo devuelves. Hoy he sentido otra vez la necesidad de correr a tus brazos, como hace años; pero estás lejos, muy lejos, a tan sólo dos manzanas... y lo siento.

Pensaba que escribirlo me iba a hacer sentir mejor, pero está claro que no.